Autor
ANDREA ORTIZ GUERRERO
MAESTRA EN FORMACION
PROGRAMA DE FORMACION COMPLEMENTARIA
ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO
La introducción e invasión de nuevas tecnologías de información y comunicación, tales como Internet, telefonía celular y videoconsolas, ha experimentado un crecimiento sostenido en Colombia durante la primera década del nuevo siglo. Los menores de edad, y entre ellos los adolescentes, integran el grupo poblacional más dispuesto para adoptar y adaptar, con mayor naturalidad, estas nuevas herramientas comunicativas en su vida diaria. El estudio sobre sus hábitos de consumo y sus preferencias en el uso de este tipo de nuevos medios de comunicación es el objetivo central del presente artículo.
Es paradójico comprobar que los adolescentes se pasan el día metidos o “colgados” a los móviles y cada vez es más difícil, comunicarnos con ellos.
Cuando salimos a la calle, montamos en un bus, vamos al cine o damos un paseo, es común ver a casi todos los adolescentes con su móvil en los bolsillos, charlando con una jerga especial o enviando mensajes a una velocidad alarmante, incluso en las aulas de clase vemos como los estudiantes poseen móviles de alta gama y dentro de las mismas aulas chatean, mandan mensajes de WhatsApp, Facebook o simplemente ven sus correos
Según las estadísticas de los principales operadores de telefonía móvil, cada terminal envía al día una media de 29 mensajes ¡29! Este dato nos puede dar una idea de la cantidad de dinero que mueven la telefonía celular y de la realidad de la adicción a los móviles.
La realidad es que la adicción a los teléfonos móviles existe por parte de un gran número de adolescentes que se pasan el día, literalmente, ´colgados´ del móvil. Y ahí nuestra frustración: hemos comprado un móvil a nuestro hijo para tenerle localizado y porque muchos de sus compañeros le veían como un «bicho raro» si no lo tenía, sin embargo ahora que lo tiene tampoco podemos hablar con él porque se pasa el día con el teléfono, hablando y enviando mensajes en un grupo exageradamente grande que, encima, no comprendemos. ¿Qué podemos hacer? Parece extraño, ya que los teléfonos se inventaron para comunicar a las personas entre sí pero esto va más allá de una simple comunicación ya que esto ha servido para todo lo contrario: para distanciarnos de los que tenemos más cerca. Según las estadísticas realizadas por los expertos los niños crecen y cambian de intereses en un abrir y cerrar de ojos. Sin darnos cuenta, un día descubrimos que el osito de peluche que solía acompañar a nuestro niño en noches temibles y oscuras, fue reemplazado por su teléfono celular.
En la actualidad, el 84% de los adolescentes duerme con su teléfono celular en la cama.
Cualquiera creería que los celulares se han convertido en una especie de extensión del cuerpo. Los teléfonos operan como un centro multiuso que no sólo los mantiene conectados las 24 horas, sino que también les permite tomar fotos, videos, escuchar música, ver shows, y obtener toda la información que necesitan.
¿Probaste alguna vez quitarle el teléfono a un adolescente?
Para muchos jóvenes y adultos el uso del teléfono celular se ha convertido en una adicción más. La falta de este puede desencadenar reacciones similares a las producidas por la falta de drogas o alcohol.
NO TODO ESTÁ PERDIDO
Compartimos algunos signos que te ayudarán a identificar si tu hijo tiene adicción a su celular y si su uso lo está perjudicando.
* Malas calificaciones. Si en el pasado, tu hija era una buena estudiante, pero últimamente sus calificaciones han empeorado, es probable que el uso del celular esté afectando su concentración.
* No puede resistirlo. Un adolescente adicto a su celular siente la urgencia de atender cada llamado y responder a cada texto o actualización, independientemente de lo que esté haciendo o de lo que tenga que interrumpir.
* Vida virtual. Los adolescentes adictos a su teléfono pierden interés en todo lo que está ocurriendo a su alrededor. Su mundo “real” es el que se encuentra dentro del dispositivo móvil.
- QUE HACER ANTE ESTE FENOMENO? Existen tres sugerencias para ayudar a aquellos adolescentes que han desarrollado una adicción a su celular, y cuya dependencia está afectando negativamente sus vidas.
* Dulces sueños. La mayoría de los jóvenes (84%) duerme junto a su teléfono. Esto causa interrupciones constantes cuando su cuerpo debería estar descansando y reponiéndose. Alrededor de las 8:00 ó 9:00 p.m. pídele a tu hijo que apague su celular y te lo entregue hasta el día siguiente.
* Tiempo de familia. Designa un día y una hora en la que los miembros de la familia apaguen sus teléfonos y compartan tiempo junto, sin interrupciones. Puedes comenzar con los fines de semana, y con el tiempo, convertirlo en una actividad diaria, a la hora de la cena.
* Haz lo que digo y lo que hago. Tus palabras pueden convincentes, pero tus actos lo son más. Observa tu propio comportamiento. No uses el teléfono mientras manejas, ni interrumpas conversaciones para atender llamadas o textos.
En cuanto a la intervención de los adultos:
* El 64% de los padres dijo revisar el contenido del celular de sus hijos y el 62% confesó haberles quitado el teléfono alguna vez, como penitencia.
* El 48% confesó monitorear dónde se encuentra su hijo, a través del celular (GPS)
Y si crees que los niños no usan su teléfono durante clase, podrías estar equivocada. El estudio encontró que:
* El 12% de los estudiantes pueden usar su celular en la escuela, en todo momento.
* Entre aquellos que asisten a escuelas queprohíbeel uso de celulares, el65% confesó llevarlo de todos modos, y el58% dijo haber texteado durante clase. El 25%de los adolescentes dijo haber hecho llamados durante clase.